A Job, lo recogio un vecino del pueblo, lo acogio en su casa, y mientras esperaba a que nosotros pudiesemos hacerle sitio en la protectora, en un descuido, nuestro amigo se escapó de nuevo.
Por suerte y porque su casa de acogida no lo trató para nada mal, el dia que volvio a tener un hambre atroz, decidió darse una vueltecita a ver si su guardian le ponia algun platito con manjares.
Ahora esta con nosotros, se pide siempre ser el primero para salir a pasear y se queda mirando la puerta como diciendo "Abrete Sésamo".
Suele llevarse bien con el resto de sus compis, siempre y cuando no le vayan a quitar el pan, que le encanta, entonces les da un pequeño toquecito para que no se pasen de la raya.
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